Su propósito inicial era seguir el proceso natural de la sífilis sin tratamiento alguno, en un grupo de hombres afroamericanos, durante 6 a 8 meses, para después continuar el seguimiento en una fase bajo tratamiento.
Los médicos enviaron, a los 399 cobayas humanos una carta engañosa titulada, “La última oportunidad para el Tratamiento Gratuito Especial”. Se limitaban a explicarles que tenían “mala sangre”, y se les invitaba a recibir tratamiento gratuito en una clínica y una comida caliente al día. El estudio también exigia a todos los participantes a someterse a una autopsia después de la muerte con el fin de recibir 50 dólares para cubrir los gastos funerarios.
En 1932 se decidió obtener el “consentimiento” de los sujetos para la realización de punciones lumbares, en busca de signos de neurosífilis, promocionando las pruebas diagnósticas como un “tratamiento gratuito especial”
Desde el principio, los investigadores les retiraron los tratamientos para la sífilis empleados entonces -a base de mercurio y arsénico- y luego, cuando se generalizo el uso de la penicilina para curar la sífilis, en 1947, los científicos no les dieron información sobre la penicilina e impidieron que les fuera aplicada.
Mientras esto ocurria, en 1947, el mundo “civilizado” asistía horrorizado a los juicios de Nüremberg y se firmaba el código de Nüremberg para evitar atrocidades semejantes.
En Tuskegee los investigadores federales llegaron al extremo de prohibir a los médicos y farmacéuticos locales que facilitaran todo tipo de antibióticos a los pacientes. El objetivo del programa no era curar a esos hombres, sino seguir su evolución tanto física como mental, y continuar estudiando la manera en que la enfermedad se propaga y mata.
En 1966 Peter Buxtun del PHS (Servicio Público de Salud) en San Francisco, envió una carta al director de la División de Enfermedades Venéreas para expresar su preocupación por la moralidad de la prueba. El Centro para el Control de Enfermedades (CDC) reafirmó la necesidad de continuar el estudio hasta la finalización (hasta que todos los sujetos habían muerto y habían sido autopsiados)
La historia se publico en el Washington Star el 25 de julio de 1972, se convirtió entonces en primera página de noticias en el New York Times al día siguiente. En el Congreso de los EE.UU. se celebraron las audiencias por los Senador Edward Moore y Ted Kennedy en la que testificó Buxtun. Como resultado del escándalo un grupo consultivo especial determinó que el estudio fue médicamente injustificado y ordenó su terminación
Al final del estudio, sólo setenta y cuatro de los sujetos de experimentación continuaban con vida. Veintiocho de los hombres habían muerto directamente a causa de la sífilis; cien murieron por complicaciones derivadas de ella; cuarenta esposas de los sujetos de experimentación fueron infectadas; diecinueve niños nacieron aquejados de sífilis congénita
El 16 de mayo de 1997 el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, pedía disculpas a los ocho sobrevivientes del Experimento Tuskegee: “El gobierno de los Estados Unidos hizo algo incorrecto, profunda y moralmente incorrecto. Fue una atrocidad hacia nuestro compromiso con la integridad y la igualdad para todos nuestros ciudadanos … claramente racista.”
Desde la segunda Guerra Mundial la experimentación con seres humanos por motivos médicos, ha generado problemas éticos.
Desde la segunda Guerra Mundial la experimentación con seres humanos por motivos médicos, ha generado problemas éticos.
Henry Beecher es un anestesiólogo, que en 1966 publica, en la revista The New England Journal of Medicine, un artículo en el que cuestiona la calidad ética de la investigación médica en EE.UU..
Para ello utiliza 22 ejemplos de estudios, tomados de las principales publicaciones médicas de la época.
El artículo, rechazado por revistas de alto impacto como JAMA, hubo de ser modificado para que finalmente saliera a la luz.
Aunque la publicación supuso un importante revulsivo en la clase médica, algunos de los experimentos denunciados por Beecher siguieron su curso, y sus resultados continuaron publicándose durante más de una década, incluso por la propia New England.
Un escándalo, la ambición humana, la falta de compasión, el racismo .... la falta de ética individual, que lleva a la falta de ética colectiva.
ResponderEliminarCuando era jovencita a un amigo de mis padres (doctor en biología) le ofrecieron mucho dinero por para irse a EEUU y, hacer experimentos para la guerra biológica, dijo que no, por supuesto.
Me ha entrado mal cuerpo...
ResponderEliminarYa leeiste sobre lo de Guatemala?
ResponderEliminarMarcela, te refieres a esto?http://es.wikipedia.org/wiki/Experimentos_sobre_s%C3%ADfilis_en_Guatemala
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