SOÑANDO CON RETINOIDES

Estaba desolada, durante casi un año y medio había intentado dar forma y escribir aquel libro y había sido incapaz de producir nada coherente. Finalmente la desesperación le hizo visitar a un psiquiatra. El psiquiatra que, según le habían comentado, era algo “esotérico”, le aconsejó relajarse y centrarse sólo en las cosas que le eran placenteras.

La primera vez que lo intentó en el diván de la consulta, sólo hubo un largo e incomodo silencio. Al menos para ella, ya que parecía que el psiquiatra estaba acostumbrado. “¿Qué me dices de tus hobbys? Piensa en alguno”. “Lo intento pero no tengo ninguno en especial, lo que me relaja es cocinar”. “¿Y el mar?, es reconfortante pensar en el mar”.

El psiquiatra también le aconsejó hacer yoga. Siguiendo sus instrucciones, cada día se sentaba delante del ordenador en la posición del loto y rogaba a todo el universo para encontrar la inspiración que le ayudara a plasmar en palabras toda aquella información acumulada. “Esto es una estupidez y se me está durmiendo el trasero”. “Tu continua meditando”.

Pocas semanas después, mientras dormía fue asaltada en un sueño por una voz. Sonaba como la de Elizabeth Taylor en Cleopatra, y le dictaba palabra por palabra lo que tenía que escribir. Fue hacia su ordenador en una esquina de la habitación y empezó a escribir. Varias horas después tenía un borrador bastante aceptable con el título RETINOIDES, que empezaba así:

“Los retinoides son un grupo de compuestos que incluyen la vitamina A y sus análogos naturales y sintéticos. La vitamina A (retinol) es esencial para la visión, el crecimiento y la reproducción. Es importante para la proliferación y diferenciación de los tejidos.

La importancia de la vitamina A para la visión fue descubierta ya en el antiguo Egipto, donde usaban emplastos de hígado de cerdo para el tratamiento de la ceguera nocturna. Hipócrates también recomendaba comer hígado para el mismo problema”.

“Joder”, pensaba al releerlo, “¿estará dando resultado la psicoterapia?” Así que, cada noche se preparaba una deliciosa cena siguiendo un relajante ritual y se metía en la cama esperando oír la voz de Cleopatra. Pero no siempre era la misma voz, una noche se descubrió a la luz del flexo transcribiendo un texto dictado por Katharine Hepburn en La Reina de África:

“En el siglo XX y durante la Primera Guerra Mundial, cuando el aporte de grasas en forma de leche era escaso, se observaron numerosos casos de sequedad ocular o xeroftalmia y se descubrió en la yema del huevo un compuesto esencial para la supervivencia del embrión al que  llamaron vitamina A.

La carencia de vitamina A produce xeroftalmia junto a sequedad de piel e hiperqueratosis folicular. Teniendo en cuenta la existencia de hiperqueratosis en muchas enfermedades dermatológicas, investigadores de los años 40 ensayan el uso de la vitamina A vía oral, como tratamiento de enfermedades con hiperqueratosis, entre ellas psoriasis y acné, obteniéndose cierta mejoría. Las dosis necesarias para esto, eran tan grandes que provocaba una hipervitaminosis con alteraciones óseas y nerviosas entre otros efectos adversos”.

La noche en que se había acostado más cansada tras una larga carrera por la playa, fue cuando Clint Eastwood, trotando a ritmo de Morricone, la visitó en La Muerte Tenía un Precio, con el desierto de Tabernas al fondo:

“En los 60 se inicia la síntesis de derivados de la vitamina A mediante manipulación química para evitar los efectos indeseables. Surge así el ácido retinoico (derivado natural) que se usa de forma tópica en el acné para actuar sobre uno de sus factores, la obstrucción folicular. También se empezó a usar el ácido all-trans retinoico tópicamente en ictiosis, pitiriasis rubra pilaris, queratosis actínicas y carcinomas basocelulares.

En 1972, se sintetiza el etretinato para su uso en psoriasis y otras enfermedades con queratinización alterada. El inconveniente de este es su carácter teratógeno con una vida media muy larga, de hasta dos años, lo que limita el uso en mujeres en edad fértil.

En 1973 se emplea por primera vez el isotretinoino o ácido 13-cis retinoico, con excelentes resultados en el acné y aunque teratógeno, su rápida eliminación, hacía que el tiempo de anticoncepción se redujera a sólo 4 semanas”.

En estas tesituras estaba cuando decidió ir a hablar con el psiquiatra para expresarle su perplejidad acerca de aquella situación. Sabía que los dulces eran su debilidad, así que se pasó la tarde anterior, entre crema fresca, frutas y aromáticas especias, hasta conseguir un delicioso soufflé de delicado sabor. Sin ganas de cenar ya que tenía la nada saludable costumbre de picotear mientras cocinaba, se entregó una vez más al sueño. Meryl Streep caracterizada de Julia, le dictó el final de aquella introducción mientras picaba ingentes cantidades de cebolla. "You can write it, you have thoughts".

“El uso tópico de estos compuestos presenta problemas, ya que son muy lábiles frente al oxigeno y la luz. Esto hace que al aplicarlos en la piel se transformen en productos de degradación tóxicos. Así que se buscó otra molécula que evitara estos problemas, sintetizándose el adapaleno.

Los retinoides tienen también propiedades anticancerosas al ser inmunomoduladores, promotores de la diferenciación e inductores de la apoptosis.

Existen pocas dudas en la mente tanto de los dermatólogos como de los pacientes que los reciben sobre la utilidad de los retinoides. Pueden “hacer cosas que otros no pueden”. Son con toda seguridad un hito en la historia del desarrollo de tratamientos dermatológicos”.