Presencias Fugaces

Soy una persona corriente, me gusta estar a solas leyendo, o escuchando música mientras cierro los ojos para ver figuras imposibles dibujadas en el interior de mis párpados. No puedo detenerme ni un instante, mientras estoy ocupada logro ignorar las punzadas en el estómago. Si paro unos minutos una hoguera me consume.

Este fin de semana visitando una magnifica exposición de pintura de Antonio López he pensado mucho sobre  la búsqueda obsesiva de la perfección. ¿Qué es la perfección? ¿Alguna vez la alcanzamos? Creo que nunca se alcanza, pero necesitamos la ilusión de la perfección para seguir creando y reinventándonos cada día.

Al principio me parecía muy injusto llegar a este mundo, luchar para salir adelante y que todo se acabase de pronto, pero gracias a mi trabajo, he comprobado que la muerte existe como parte de la vida, son la cara y la cruz de la misma moneda.

De todos los misterios del universo, ninguno mas profundo que el de la creación. Cuando asistimos al nacimiento de algo nuevo, sea lo que sea, nos vence la sensación de que ha ocurrido algo sobrenatural. Cuando surge de nuestras manos una obra de arte, algo no perecedero, que no se desvanece como una flor, sino que nos trasciende a nosotros y a todos los tiempos por venir, siento que algo sobrehumano ha estado en el proceso.

Con el arte conocemos a través de su mirada, la experiencia de otro ser humano ante una imagen o una vivencia, porque para describir una sensación primero hay que sentirla. En nuestro trabajo día a día vivimos situaciones que nos conmueven y que no sabemos como expresar ni manejar. ¿Será por que no nos han preparado para vivirlas con naturalidad?