sábado, 28 de junio de 2014

LA CHICA BARBUDA

El sábado por la tarde su madre condujo hasta la pastelería que habían abierto junto a la plaza del pueblo. Después de mirar detenidamente lo que había en el expositor, encargó una tarta de chocolate, la preferida de su hija. La tarta iría sin decoración. Sólo chocolate.

La dependienta la escuchó atentamente mientras ella le explicaba que era el cumpleaños de su hija, dieciocho, y que un problema hormonal le hacía tener exceso de pelo en la cara y engordar, y que aunque el azúcar se le disparaba de vez en cuando… “Un día, es un día…”

La pastelera era una mujer amable y la dejó hablar sin interrumpirla. La tarta estaría lista para el lunes por la mañana, con tiempo suficiente para la fiesta de la tarde. Sería una sorpresa.

El lunes por la tarde, la chica barbuda caminaba por una calle cercana a su casa. Iba sola, comiendo de una bolsa de patatas fritas. Con la cabeza baja. Intentaba no ver su propio reflejo en los escaparates. Al llegar al cruce, bajó de la acera sin mirar y un coche la golpeó. Cayó con todo su peso sobre el bordillo, la cabeza en la acera y las piernas en el asfalto. No podía levantarse. Lo primero que hizo, fue mirar para comprobar que nadie se reía de ella.

La chica barbuda no lloró. Al cabo de un rato se levantó e intentó seguir su camino pero una nube le tapó la vista y cayó de nuevo inconsciente. Por supuesto, nunca hubo fiesta de cumpleaños.

La madre, sentada junto a la cama del hospital, pensó que la vida había sido injusta con su hija. Fue un bebé regordete, de apetito voraz. Una niña preciosa y alegre. Al ir acercándose a la pubertad apareció el problema. Notaba el pelo más graso, le salían granos repartidos aquí y allá en toda la cara.

Y el vello.

El vello que se hacía cada vez más obscuro y visible.

Ella se dejaba el pelo a los lados de la cara intentando taparlo. Fue entonces cuando empezó a dejar de mirar al frente mientras andaba.

Al bajarle la primera regla, todo fue empeorando… La grasa, el acné, el vello de la cara y el peso… Y las burlas de sus compañeros de clase. El nombre se lo pusieron enseguida. Barbuda. Aunque se depilaba para ir a clase, se quedó con ese nombre. Lo escuchaba a lo lejos entre risas…

Un síndrome SAHA le habían dicho que tenía su hija. Y después de mirarla a ella misma detenidamente,  después de observar el poco pelo que tenía en la parte de delante de la cabeza, su evidente sobrepeso… aquel doctor le dijo: “Como usted… Puede ser constitucional…”

Al menos su hija no estaba perdiendo el pelo de la cabeza. Le habían dicho que los cuatro síntomas pocas veces se manifestaban a la vez.

……
El síndrome SAHA (Seborrea, Acne, Hirsutismo y Alopecia) o hiperandrogenismo femenino puede ser por exceso de andrógenos ováricos. Puede acompañarse de obesidad y acantosis nigricans, que es un obscurecimiento y engrosamiento de la piel del cuello, axilas e ingles. El exceso de andrógenos puede ser también de origen suprarrenal (síndrome de persistencia de la adrenárquia) o hipofisario (SAHA hiperprolactinémico). Es importante diferenciar el SAHA constitucional o familiar de los hiperandrogenismos de otro origen.

La tendencia a engordar es debida a un exceso de hormonas ováricas que muchas veces solo están en el limite alto. Por eso los análisis son normales. Tienen resistencia a la insulina que hace que esté elevada en sangre (hiperinsulinismo), aumentando la formación de andrógenos en el ovario y disminuyendo la hormona transportadora de estos. Todo esto hace que haya más andrógenos libres circulando y más signos de virilización…

Lo tratamos usando antiandrógenos sistémicos si están elevados y de forma diferente según el origen de los mismos. Si no están elevados, sólo tratamiento de los síntomas como el acné o el hirsutismo de la misma forma que lo haríamos en otros casos.

……
Miró a su hija, su pecho subía y bajaba bajo la sábana. Sintió miedo. Empezó a hablar consigo misma. “Está bien. Solo está dormida…” Puso su mano en la frente de ella y la dejó allí un instante. “Al menos no tiene fiebre…” Eso la consoló.

Esperó todo el día mientras se la llevaban y le hacían pruebas.


Desde la ventana, veía el parking del hospital. Los coches llegaban y se iban. Vio un coche que paraba y una mujer esbelta con un abrigo largo que se subía a el. Empezó a pensar que ella era esa mujer, y que conducía lejos de allí hacia el mar…

sábado, 7 de junio de 2014

ANTICONCEPTIVOS EN EL ACNE

En el amanecer de un día que prometía ser despejado, yo, como otras veces, salté de la cama, me vestí y salí a correr por la playa. El cielo, allá por el este, iba tomando color rojizo.

A veces, cuando siento que me falta la respiración, me viene a la cabeza la idea de que estoy maltratando mi cuerpo. A esas horas y sin haber desayunado, es difícil conservar una conciencia clara.

El ronroneo de las olas mordisqueando la arena, el aire cambiando por segundos, el fragor de la corriente, blanca y espumosa, arrastrándolo todo… me van anunciando que un día empieza a nacer.

Cuando llego al final del paseo, dónde ya sólo hay playa, siempre me detengo y miro la hilera de pálidas casas brumosas que he dejado atrás. Entonces el sudor se seca y la brisa fresca me acaricia.

Así estaba esa mañana, intentando recuperar mi consciencia, cuando oí una voz a mis espaldas. Me sobresalté y, cómo en la fábula del perro que deja caer el hueso al río, dejé caer el iPod que llevaba en ese momento en la mano.

Cuando me volví, vi una mujer que sonreía. También venía corriendo. Ojos grandes, pelo corto, y a pesar de que parecía estar en la treintena, la cara llena de granos.

La reconocí y le devolví la sonrisa sin esfuerzo. Con toda naturalidad recogió mi iPod y me lo ofreció mientras empezaba una conversación que, por supuesto, derivó en su acné ya que era paciente mía…

……….
Siempre hemos oído que el acné es cosa de la edad y que se quita con el tiempo. Es cierto, pero aunque en muchas pacientes el acne remite espontáneamente. En aquellas mujeres en las que no lo hace o tienen signos de hiperandrogenismo (aumento de vello facial, ciclos irregulares, etc), la terapia hormonal es una opción, y puede utilizarse también aunque no existan signos analíticos o cutáneos de aumento de andrógenos.

Los dermatólogos usamos, desde hace años, anticonceptivos en el tratamiento del acne, especialmente para el acné resistente que aparece en mujeres adultas. Aunque no como primera elección. Los tenemos más como tratamiento de segunda línea, en combinación con otros fármacos. También usamos medicamentos como la espironolactona que, entre otras, tiene acción antiandrogénica.

Los andrógenos juegan un papel importante en la formación de las lesiones de acné, aumentando, la producción de sebo en las glándulas y la cantidad de queratina, lo que da lugar a las espinillas. Al romperse estas aparecerán los típicos granos.

La progesterona y los estrógenos actúan bloqueando la acción de los andrógenos, con lo que hacen, entre otras cosas, que baje la producción de sebo. Así que, usamos los anticonceptivos orales que contienen un estrógeno y un progestágeno con el fin de disminuir la producción de andrógenos en los ovarios. Por otro lado, los anticonceptivos también aumenta la cantidad de proteína transportadora de hormonas sexuales en sangre (SHBG), lo que hace que circule menos cantidad de testosterona libre disminuyendo su acción sobre la piel.

Algunos de los nuevos anticonceptivos orales contienen drospirenona, un derivado de la espironolactona. Estos tienen actividad antiandrogénica parcial, y sirven para regular los ciclos menstruales, haciendo además que sean menos dolorosos. También disminuyen la producción de sebo (por lo que mejoran el acné) y actúan deteniendo el crecimiento del vello no deseado.

Se han aprobado cuatro tipos diferentes de anticonceptivos para este uso, y esta es su composición:

Etinilestradiol 35μg/Acetato de ciproterona 2 mg (por ej., Diane 35)
Etinilestradiol 30μg/Drospirenona 3mg (por ej, Yazmin, Dretine)
Etinilestradiol 20μg/Drospirenona 3mg (por ej, Yasminelle, Yaz Dretinelle)
Etinilestradiol 20μg/Levonorgestrel 100μg  (por ej, Loette
Anillo vaginal con Etinilestradiol 2,7mg/Etonorgestrel 11,7mg 

¿En qué casos y cómo usamos terapia hormonal en el acné?

Las candidatas son mujeres en las que el acné está claramente relacionado con cambios hormonales. Se usa también en el acné de inicio tardío (edad adulta), cuando los brotes coinciden con la regla, en las que no responden a otros tratamientos y cuando necesitamos evitar el embarazo por estar usando tratamientos con retinoides.

El acné relacionado con cambios hormonales, suele tener más lesiones en la parte inferior de la cara (barbilla, mentón) y en el cuello. Los brotes son premenstruales con o sin ciclos irregulares y estas pacientes presentan muchas veces, aumento de vello (hirsutismo).

Recetar un anticonceptivo en mujeres mayores de veinte años, parece menos complicado que hacerlo en adolescentes, por las implicaciones que supone en estas el uso de la píldora. Por eso, otra opción es usar espironolactona.

El tratamiento, lo mantenemos entre 12 a 24 ciclos y se va retirando progresivamente, salvo que la paciente desee seguir usándolo como método anticonceptivo.

Como las pacientes con ciclos menstruales irregulares, con o sin hirsutismo, pueden tener trastornos endocrinos (síndrome de ovario poliquístico o hiperplasia suprarrenal congénita), se pueden beneficiar también de terapias hormonales.

Si una paciente ha estado en tratamiento con isotretinoína muchas veces y el acné sigue reapareciendo, puede indicar la existencia de un trastorno hormonal subyacente.

¿Pedimos algún análisis?

Niveles de testosterona total y libre, sulfato de dehidroepiandrosterona (DHEAS), el índice hormona luteinizante / hormona folículo estimulante (LH / FSH). Y la 17hidroxiprogesterona en caso de estar alterados los anteriores para confirmar la sospecha de hiperplasia suprarrenal de inicio en el adulto.

¿Usamos los anticonceptivos solos o combinados?

Se pueden usar solos, pero  en combinación con otros tratamientos son más eficaces.

Los dermatólogos utilizamos espironolactona junto con los anticonceptivos orales para reducir al mínimo los efectos secundarios de estos, como las irregularidades menstruales o el aumento de sensibilidad en las mamas.

Otra ventaja de combinar estas terapias hormonales es que tratamos el acné utilizando dos mecanismos de acción, lo que “duplica” el efecto. Si el acné no se controla adecuadamente con los anticonceptivos orales, podemos añadir espironolactona, ya que las píldoras anticonceptivas pueden tardar de dos a tres meses en hacer efecto, y con la espironolactona, la mayoría de los pacientes notan una disminución de lesiones de acné y grasa en un par de semanas.


No son candidatos para tratamiento con anticonceptivos orales las pacientes con los siguientes factores de riesgo: obesidad, presión arterial alta, derrame cerebral, trombosis venosa profunda (TVP), migrañas, o antecedentes familiares de cáncer de mama o endometrio.

Y esto es lo que iba escuchando esa mañana en mi iPod.