domingo, 13 de febrero de 2011

LOVE IS EVERYWHERE

Se conocieron en una fría sala de hospital. Ella acompañaba a su marido, él a su mujer. Tenían un melanoma metastásico.

Entablaron amistad conversación tras conversación en aquellos incómodos  sillones.

Ella tenía treinta y cinco años, él cuarenta y dos. Compartían su dolor, se hacían compañía y se contaban aquello que les ahogaba y que no podían decir a sus parejas.

Temían el final. Para bien o para mal, siempre hay un final. Ambos se preparaban para lo peor aunque intentaban darse esperanzas mutuamente. -“Veras que todo saldrá bien”, -“Algún día iremos los cuatro a cenar y brindaremos por los buenos tiempos”.

La mujer de él había sido operada hacía tres años. Tenía un melanoma amelanótico en la pierna derecha. El diagnóstico se hizo de forma tardía, ella no le había dado importancia a aquella “verruga” que le crecía hasta que en los últimos meses, le había empezado a sangrar.

El marido de ella si había notado que aquel “lunar” de la espalda era un poco más grande últimamente. Pero el trabajo y las prisas hizo que lo fuese dejando, después de todo no le molestaba ni le picaba, hasta que un día tuvo convulsiones. Y en la exploración se vieron las metástasis.

El tiempo y la enfermedad de sus parejas, los fueron uniendo.

Un día comieron juntos en el bar del hospital, esa noche no habían dormido mucho. -“Los sillones para el acompañante, no son muy cómodos”, comentó ella, -“No te preocupes, no se te notan las ojeras”, le decía él juntando su cabeza y susurrandole al oído.

Las conversaciones y las risas del bar se deslizaban por encima de ellos.

Por desgracia, la esperanza se les truncó a ambos; primero a ella y a los pocos meses a él. La muerte llegó y arrasó con sus vidas, sus proyectos, sus ilusiones. Siguieron sus caminos, cada uno como pudo.

Dos años después, se encontraron por casualidad; -“Pensé que si te llamaba y hablaba contigo, nunca dejaría atrás mi dolor”, le dijo ella esbozando una sonrisa forzada.

-“Yo tampoco supe que decirte” - respondió él -“¿Cómo estas?”.

Ella le miró a los ojos, tenía la sensación de que lo sabía, él tenía que notar que a veces salía al balcón y se quedaba mirando el gris y duro asfalto que había abajo, notando una oscuridad que le pasaba el brazo por encima y le daba cobijo.

Pero respondió – “Estoy mejor. Te he echado de menos”.

¿Existen los finales felices?

“Whenever I feel unhappy about the state of the world, I think about the arrivals gate at airport,…where it seems that love is everywhere.
It isn`t big news, but it`s always there. Fathers and sons, mothers and daughters, husbands and wives, friends and strangers…
If you look for it, you´ll find, I think, that love actually is all around us…”




6 comentarios:

  1. Si, existen los finales felices, te lo aseguro, acabo de tener una conversación indescriptible con mi madre, de esas que es imposible contar en la red .... algún día te la contaré si te apetece .... esta Vida es ¡alucinante! te lo aseguro, solo hay que decidir una cosa a cada instante .... "hacía donde quiero mirar"

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  2. No sé si existen los finales felices. Yo siempre me digo y digo a los demás que hay que aprovechar los pequeños momentos de felicidad que nos regala la vida. Y cuando la vida se acaba, aún podemos seguir haciendo felices a los demás: "lo que hacemos en la vida, tiene su eco en la eternidad", en los recuerdos que tenemos de los que ya no están o en los buenos recuerdos que podemos dejar el día que ya no estemos.

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  3. En principio parece que las palabras "final" y "felicidad" no pueden ir juntas, pero a veces la realidad te sorprende gratamente.

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  4. Pues contadmelas, contadme vuestras historias con final feliz...

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  5. Creo que las historias tienen final feliz si abren la puerta a otra historia que parece feliz. La historia de María José tiene un final que parece feliz porque deja abierta una historia que parece feliz: una nueva pareja formada por dos personas que han compartido un trance difícil, parece un buen comienzo. Quizás si la historia sigue y termina dos años después con ella en telecinco denunciando malos tratos, vuelve a parecer un final infeliz.
    Momentos felices. Creo que eso importa más. Hay un cuento de Giovanni Papini que lo explica mucho mejor.

    http://www.youtube.com/watch?v=R6CPkvkL-ow

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  6. Espero próximamente que acabe ya felizmente mi 'proyecto vital', por "duplicado". Ya lo tuitearé.

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