"Sweet dreams are made of this."
En ocasiones el tiempo se estira y escribir es una forma de llenar las horas, otras veces el tema te seduce, te atrae y el tiempo pasa volando.
Hace ocho meses yo no tenía ningún tipo de presencia en redes sociales, conocía de su existencia, pero entre mis compañeros y amigos se veía como “cosa de jóvenes.” Me encontraba en un islote casi perdido en el mapa; tecnológicamente en plena Edad Media.
Cuando Isabel Perancho, me propuso formar parte de una mesa en el IICBS sobre Coste-Efectividad de la participación en plataformas web 2.0, lo primero que pensé fue: “No soy la persona adecuada. Acabo de llegar. Si voy es para aprender.” Así intercambiamos varios mails en los que Isabel me dijo: “Mira María José, casi todos estamos empezando en esto.” Ese fue el empujón que necesitaba para apartar los pensamientos negativos de mi mente y echarme a andar.
La web 2.0 es una herramienta increíble de difusión de información, hasta aquí llegamos por muchos caminos y una vez aquí cada uno de nosotros se comporta igual que en una reunión de vecinos. Murmuramos, nos contamos nuestras vidas, presumimos de nuestros hijos, de nuestros triunfos, algunos hasta de sus fracasos. En definitiva COMPARTIMOS.
Es como el “boca a boca” de toda la vida, pero ayudado por la tecnología. En un extremo del mundo susurran algo y se oye en todo el planeta. Muchas noches me encuentro en un momento dado atendiendo una clase en #teku, a los pocos minutos leo las diapositivas sobre Lupus de una Universidad de EEUU y antes de dormir disfruto de un amanecer en Japón.
La inmediatez me asombra, he llegado a leer en un twitt artículos de revistas a las que estoy suscrita antes de recibirlas.
Creo que no usamos la tecnología porque existe, sino que existe porque la necesitamos. La web 2.0 nos ayuda a conectarnos, a relacionarnos unos con otros, en definitiva nos hace más humanos.
Somos una nueva versión del Homo Sapiens con cerebros externos en forma de teléfonos inteligentes y ordenadores.
¿Qué pienso yo de todo esto?
Que tenemos que usar el sentido común. En la red creamos un segundo yo, un alter ego y debemos presentarlo en sociedad, cuidarlo como a nosotros mismos. Ese otro yo debe comportarse con educación, la gente va a interactuar con él aunque nosotros no estemos.
Es cierto que los fraudes de identidad y los trolls existen, pero son situaciones del mundo real que también se dan aquí. Debemos diferenciar entre lo que es privado y lo que no y evitar exponernos.
Como médico he leído con interés artículos (El Rincón de Sísifo, recomendaciones de CDC) sobre como debemos comportarnos a la hora de escribir en blogs, en Twitter o FB para no romper la confidencialidad con los pacientes, ni ver comprometida nuestra imagen.
Antes podíamos “controlar”, ahora debemos “gestionar” la información que circula, porque los pacientes que vemos se informan antes de acudir a la consulta y suelen prestar más atención a las recomendaciones de otros pacientes que a lo que se publica en revistas o se emite en la TV.
Internet es rapidez, accesibilidad, formación… Leo blogs, webs, sigo enlaces en Twitter y a través de ellos, descubro páginas interesantes. Soy bastante caótica y de esta forma corro el riesgo de quedarme en la superficie, así que espero encontrar en el taller del IICBS, consejos y herramientas para no navegar a la deriva.
eres dermatologa profecional? quiero hacerte unas preguntas presonales te dejo mi mail zaoldyeck.death@gmail.com
ResponderEliminarEl caos es una de las bases de internet, nos guste o no. Se te echo de menos en el taller, pero seguro que en breve hay otra posibilidad de comnpartir escenario o al menos café :)
ResponderEliminarUn abrazo