Por primera vez en 102 años, Santiago de Compostela ha sido la sede del acontecimiento más importante de la Dermatología española. Cientos de dermatólogos nos hemos reunido para hablar, escuchar y compartir. Se han tratado temas de vanguardia en terapeutica, investigación, estética, tricología, dermatoscopia digital, ecografía cutánea, etc.
En el mundo que nos ha tocado vivir, las enfermedades también se han globalizado, necesitamos formación sobre Dermatosis tropicales, además de dermatología tenemos que saber Geografía. He escuchado con asombro e interés que los principales motivos de consulta por parte de la población inmigrante son fiebre, diarrea y lesiones cutáneas.
Me he asombrado al saber que en un país tan grande como Etiopía, solo existen 22 dermatólogos o que las mujeres de algunas culturas se tatuan las encías de color gris para estar más atractivas.
La Academia de Dermatología, ha declarado la guerra al Melanoma, un tumor muy agresivo, que afecta cada vez a más personas y que puede prevenirse.
Se ha hablado del “fotoprotector ideal”, y de la “fotoprotección secundaria”, esto último se refiere a los antioxidantes que cubren la necesidad de protección frente a rayos UVA. Nos han hablado del RSF (Radical Sun Protection Factor), una herramienta para el control de la calidad de los protectores solares, que mide a nivel de la piel los radicales libres inducidos por la radiación UV.
En un taller se han hecho eco de las nuevas tecnologías 2.0 y su incorporación en nuestra sociedad, y de como están modificando la relación entre dermatólogos y pacientes. Hay un cambio de actitud basado en la colaboración; ahora los pacientes hablan entre sí del dermatólogo aunque él no este presente, los actuales nativos digitales no se fían de la publicidad en TV, ni de lo que leen en los periódicos, si no de las recomendaciones de otros pacientes. Y digo yo, ¿no es esto el “boca a boca” ayudado por el 2.0?
Santiago de Compostela nos ha acogido con los brazos abiertos, nos ha dado la oportunidad de conocernos un poco más, de hablar con compañeros a los que solo vemos una vez al año. Nos hemos contado nuestra vida, nuestros secretos profesionales y puede que personales, hemos consultado dudas, en definitiva hemos recargado pilas.
Por regla general lo que recordamos al acabar un día de trabajo son las perdidas. El dolor que no pudimos aliviar y las vidas que no pudimos salvar, nos marcan más que las cosas positivas que nos sucedieron.
Muchas veces nuestro trabajo es dar malas noticias, hablar con un desconocido y hacerle pasar el peor día de su vida, otras veces el hecho de poder ayudar a los demás es motivo suficiente para que esa noche lleguemos a casa con una gran sonrisa.
Al terminar estos tres días en Santiago de Compostela me doy cuenta que los médicos sabemos hoy día mas que nunca del cuerpo humano, pero que el milagro de la vida, el porque amamos o hacemos daño a nuestros semejantes es todavía un misterio.
Un gran resumen de tu experiencia y por lo que parece muy fructífera en todos los sentidos ^^. que tengas un buen viaje de vuelta.
ResponderEliminarUn beso.
Los congresos son una de las formas de extender la mala medicina. Nos hacemos rehenes de la industria, que nos paga el elitismo. elitismo que no podemos mantener con un sueldo de medico publico (otra cosa son los privados). Seguro que tienes una 1.0 rica como para no necesitar amistades de congreso y el conocimiento es mucho mas fácil en la red traspasando información y concertando encuentros con aquellas almas gemelas que buscan tu mismo objetivo. saludos
ResponderEliminarUna de las mejores cosas de este congreso: conocerte en persona. Gracias!!
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