Era el final de la mañana, casi la hora del
almuerzo, la residente de familia que había pasado conmigo las últimas semanas
me explicaba cuál era su próxima rotación, las guardias que le quedaban por
hacer…
Estábamos sentadas delante de un termo con te, tratando
de organizar el trabajo pendiente, ya lo teníamos más o menos listo. Eso nos
permitió pasar de un tema a otro. Y de alguna manera, terminamos hablando sobre
el sufrimiento y la forma en que nos afecta a nosotros a la hora de
relacionarnos con las personas a las que atendemos.
"Creo que haber vivido situaciones personales
tristes, duras… haber tenido perdidas en mi vida… me han cambiado", le
dije. "De alguna manera… me siento más conectada con las personas que pasan
por lo mismo y no lo vivo como si estuviera viendo una película
triste."
Ella me miró fijamente, meditando antes de hablar.
Y, como siempre, sus palabras me dejaron pensativa. "¿Crees que los
médicos tenemos que vivir algún tipo de sufrimiento para ser realmente eficaces
en lo que hacemos?"
Fue una pregunta difícil… Sí que lo fue…
Esa pregunta fue también algo que se volvía contra
mi, ya que momentos antes yo le había comentado a ella que pasar por ciertas
situaciones de mi vida, que haber sentido ese dolor me había cambiado, que me
había hecho ser más empática…
También hablamos de si tener tus propios hijos te
ayuda como pediatra o si dar a luz te hace comprender mejor lo que es parir, y
si eso es necesario para ayudar a tus pacientes.
La idea de que sea necesario tener que sufrir hasta
el extremo de sentir como si te arrancaran la piel… ¿es realmente necesario? Yo
no estaba segura de la respuesta...
Y sigo sin estarlo…
Supongo que si vives lo suficiente terminaras por
experimentar alguna de estas cosas… lo cual no deja de ser una idea macabra…
"¿Sabes?" le dije. "No tengo una
respuesta. Sólo se que ahora no tengo la necesidad de llenar el tiempo con
palabras porque sé qué fue lo que me ayudó a mi en aquellos momentos. Fueron
cosas muy simples… que se sentaran a mi lado, que me escucharan… que me
abrazaran o me cogieran una mano… tocar a la gente más. Ahora cuando me cuentan
ciertas cosas, creo que soy más cuidadosa.
Y a pesar de que en ocasiones, se me saltan las
lagrimas, creo que mi corazón está… no se como decirlo… más en onda con sus
sentimientos. ¿Eso tiene sentido para ti? ¿Te aclara algo?”
Yo tampoco tenía claro si tenía sentido para mi…
pero fue como si algo se rompiera dentro de mi cabeza y todas estas ideas
fluyeran a borbotones.
“Esto es como pertenecer a un club… Te sucede algo,
perder a un familiar o una ruptura, y los demás, los ya iniciados, llegan
silenciosamente… Sin darte cuenta van apareciendo de entre las sombras, y te
van contando sus propias experiencias, como pequeñas tarjetas de presentación escritas
a mano...
Y a partir de entonces, son diferentes ante tus
ojos. Compruebas que sus palabras están salpicadas de pequeños detalles de los
que nunca habías oído hablar, y que ahora empiezas a comprender…”
Sinceramente, no sé si el sufrimiento es necesario
para una verdadera empatía en nuestra profesión… Siempre he creído que sí puede
serlo para los autores de canciones o para los escritores…
Sí es cierto que cuanto más nos vemos reflejados en
nuestros pacientes y en otras personas en general, mejor podemos relacionarnos
con ellos. Y a veces, es cuando están sufriendo, sí. Pero otras veces, es en
situaciones muy diferentes…
El ser humano es un “continuum”…
Una mano que se aproxima desde la izquierda se
puede ver desde el otro lado, como una mano que llega desde la derecha… todo
depende del punto de referencia. La percepción lo es todo… Esto explica por qué
una persona pobre puede ser feliz, mientras que una persona rica puede querer, en algún momento, suicidarse.
Os dejo un video sobre la "Conexión Humana".
“¡Qué suerte haberme librado del hándicap de la salud!” (Ciorán en el Paseante,1989). Algunos lo llevan más lejos.
ResponderEliminarSaludos.
Para mi la comprensión es lo que te hace más empático, para mi comprender es como enamorarse ... de repente entiendes que le sucede al otro, pero desde "el otro" ... las comprensiones profundas te llevan a ser más comprensivo y tolerante ...
ResponderEliminarEl ser humano es un “continuum”…
A vecesme pregunto si los humanos (todos) no somos un "continuum" ...
Me maravilla tu grado de sensibilidad y capacidad para llegar al alma del enfermo, pero eso (cuando se logra) es tambien nuestra "perdicion"... porque es inevitable que se nos impregne el dolor y el sufrimiento. Yo me le llevo a casa conmigo muchas veces y maldigo mi vocacion. Luego,eso de compartir ,puede aliviar algo al ser que sufre y recupero el sentido de mi trabajo. Pero lo recupero, a traves de "ese dolor".
ResponderEliminarherrerillo, twitter
No hay una respuesta corta a la pregunta. Si lo que está en juego es la eficacia, entonces depende del médico y depende también del paciente. Hay pacientes que necesitan de la capacidad empática del profesional y otros que no, que simplemente quieren soluciones. Y médicos que a través de esa 'conexión' lograr ayudar más si cabe al enfermo. Y otros que sólo ven la fisiopatología y también logran ayudarles.
ResponderEliminarNo sería justo, y sería muy aventurado, decir que unos ayudan o curan más que otros por esos dos parámetros. En definitiva, son dos grupos de dos, cuatro posibles combinaciones. Eso sin contar "las escalas de grises".
Lamento escribir un comentario tan frío a tan bello texto.
Lo siento.