“Early
diagnosis of cutaneous melanoma (CM) is associated with the finding of
superficial tumors resulting in high cure rates with surgery, whereas those
with deeply invasive tumors are at higher risk of recurrence and
melanoma-specific mortality. Unfortunately, once metastatic to the visceral
organs, CM is usually refractory to the presently available treatment
modalities, resulting in uniformly poor outcomes in patients… Educating
susceptible populations about the risk of developing CM has played an important
role in preventive strategies despite the fact that benefits of primary skin
screening are controversial. Although a number of reliable prognostic factors
are recognized, clinical unpredictability is reflected by a small but
significant proportion of patients who experience adverse outcomes from CM,
even though lacking the known poor prognostic markers.”
Ethical
issues in cutaneous melanoma Upendra P. Hegde, MD,
Jane M. Grant-Kels, M. Clinics in Dermatology (2012) 30, 501–510
……….
El mundo exterior está húmedo, sólo se escucha el
golpeteo de las gotas de lluvia sobre las hojas del naranjo, con sus explosiones
de intenso color.
Hoy me desperté temprano, meditaba acerca de la
belleza de este mundo, y de las vidas humanas. Frágiles, luchando para abrirse
camino dentro de él.
Fui a hacer un café, despacio, casi de puntillas.
Todos dormían.
Sostenía la taza con ambas manos y observaba la
calle. Una mujer paseaba a su perro mientras miraba el escaparate de una
tienda. Por su expresión absorta, intuí que en realidad estaba mirando sin
pensar en nada. Pero cuanto menor era la expresión que mostraba su rostro, más
me transmitía la profundidad de sus sentimientos.
Mi mente semidormida me hizo viajar a otro momento,
otro lugar…
Una puerta se abre, ella se dirige hacia mí, me
saluda. La mirada fija en mí. Yo no puedo sonreir. Tengo los ojos embotados.
“¿Está bien?” le pregunto eso, cuando en realidad debería decir, “esto es una
mierda.” Ella se encoge de hombros. Yo no sé como interpretarlo. “Él sólo tenía
quince años”, me responde.
Lo dice desde un lugar muy lejano. Siento que se me
acelera el pulso. Nadie debería sobrevivir a un hijo.
Permanezco callada, por respeto. Entonces ella saca
del bolso algunas fotos y nos las enseña mientras va contando anécdotas, pequeños
logros, recuerdos…
Algunas son graciosas. Y eso nos hace reír a todos,
grandes risas, reconfortantes, mullidas. De esas que conectan a la gente y les
hacen sentir como en casa. Ella me sonríe y yo le sonrío de vuelta, sintiendo
una conexión.
Ese día de camino a casa, me siento pesada,
desconectada. La radio emite noticias alarmantes que me dejan fría. Sigo
pensando en el adolescente de las fotos, el que nunca será un hombre y en su
madre lamentándose por no haber podido hacer nada. Sólo deseo que la vida le
devuelva un pequeño rayo de esperanza, ella lo merece.
Es extraño, estos recuerdos deberían hacerme odiar
mi trabajo. No querer compartir esa carga. Pero por raro que parezca, esos días
me hacen apreciar mi profesión, esos días me hacen abrazar con más fuerza a mis
hijos, escribir más deprisa de lo que mis dedos son capaces…
El dolor y el estrés y la ira y la tristeza y la
soledad y la frustración y el miedo y la ansiedad y las irritaciones que vamos
a experimentar hoy ... la vida se compone también de eso.
Así que hoy, veo, oigo y leo cosas que parecen
estar fuera del orden, cosas que no comprendo. Pero mis recuerdos me dicen que
estoy donde debería estar…
"A man who has lost his wife is called a "widower." A child without parents is an “orphan.” Yet there is no single English word to describe a parent who has lost a child. A heartbreaking lexical gap."
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