jueves, 27 de junio de 2013

HISTORIA CLÍNICA ELECTRÓNICA


¿Hemos pasado de ser médicos a convertirnos en “profesionales de meter datos en un programa de ordenador”?

Terminaron los días en los que sólo tenías sobre la mesa un bolígrafo y un papel. Pasó el tiempo en el que un resfriado era sólo un resfriado y no un código CIE 9, el 460. Aquellos días en los que un estreñimiento era “un estreñimiento” y no el 564.0. Cuando podías escribir “le duelen las articulaciones” y no 719 o 718.0.

Ahora, cuando el paciente te explica que el picor (698) del eczema que sufre (692), va a provocarle una depresión (300.4)... ¿le escuchas atentamente mientras paseas la vista sobre la pantalla buscando la correspondencia numérica?

Recopilar datos se ha convertido en algo necesario y pasamos cada vez más tiempo mirando una pantalla en lugar de al paciente.

Esos datos… ¿son útiles?

Sí, sirven para cuantificar lo que hacemos, para realizar estudios estadísticos… Aunque es algo que no se aprecia en la consulta, sólo sufrimos las consecuencias cuando el sistema informático falla…

Pero no todo es malo en la informatización de la consulta. Esa pantalla es para muchos pacientes una luz al final del largo túnel de la burocracia y el papeleo.


Cuando funciona nos permite acceder rápidamente a resultados de laboratorio o imágenes, también podemos  comunicarnos con ellos, o enviarles enlaces con información sobre su enfermedad para que la lean desde sus hogares…

El conocimiento es poder, y la informática ofrece una poderosa herramienta en la relación médico-paciente.

Desafortunadamente, muchos pacientes, y no pocos profesionales de la sanidad, no quieren o no pueden usar estas herramientas. Pero como las webs y aplicaciones médicas se van generalizando y haciéndose cada vez más accesibles, tanto pacientes como profesionales tendrán que aprender a usarlas. Eso sí, teniendo cuidado para que no reemplacen a la relación personal, para que la pantalla sea un puente y no una barrera que se interpone entre ambos.

A pesar de las deficiencias que tienen aún, las nuevas tecnologías aplicadas a la medicina en general y la historia clínica electronica en particular, cuando funcionan bien, son una maravilla. Bueno, en realidad, no es simplemente una maravilla, sino que pueden ofrecer la mejor atención disponible en cualquier lugar del mundo.


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