sábado, 13 de diciembre de 2014

PSORIASIS. MÁS ALLÁ DE LA PIEL

Fui hasta la barra y eché un vistazo a la carta de raciones y tapas. Pedí calamares y un plato de berenjenas.

El camarero que siempre nos atendía dijo: “Marchando!” y con una sonrisa se metió en la cocina. Sólo un cristal trasparente nos separaba.

Me quedé allí mirando cómo preparaban los platos. Tranquilamente, pensando…..

“Qué paz cuando las cosas se hacen así paso a paso.”

Era un placer ver cómo la comida se iba disponiendo de forma ordenada en el plato. Ese ritual convertía el acto de comer en un momento especial. Eso me puso de tan buen humor que casi empecé a canturrear la canción que sonaba de fondo.

Ahora que lo pienso, tengo la impresión de que era inevitable encontrarlo allí. Por casualidades de la vida, hilos distantes se habían unido de repente para arrastrarme hacia esa situación.

En ese momento, un hombre entraba al comedor y al cruzarnos, chocamos. Iba despeinado, tenía pinta desaliñada, auque no sucia y vestía de negro, tal vez para disimular su abultado abdomen. El hombre caminaba con la cabeza gacha y no me reconoció. Yo pensé que lo había visto antes.

Me quedé dándole vueltas a la cabeza, hasta que lo reconocí.

El comedor estaba más vacío que de costumbre, ya que era tarde. La gente comía con calma. Más de la mitad de las mesas estaban vacías, aún así, tardé en decidirme antes de escoger una junto a la ventana. Dejé mis papeles sobre aquella mesa. Desde allí, se veía, abajo, un paseo cubierto de bellas hojas marchitas. Al fondo el mar…

Mientras echaba una ojeada a los papeles iba picando de mi plato, y admito que me quedé mirando cómo comía el hombre de negro. Lo vi disfrutar de cada plato que pedía, devorándolos uno tras otro hasta lanzarse, al final, como en una piscina, sobre una fuente de arroz con leche…


Y así bocado a bocado empecé a pensar en el tema de este post… El hombre de negro era uno de mis pacientes con psoriasis, y uno de los que más estaba costando tratar…

.........

Obesidad y psoriasis están indudablemente conectadas. Múltiples estudios han ido respaldando esta idea.

Definimos obesidad como un IMC igual o superior a 30. La obesidad y el perímetro abdominal son factores importantes en el síndrome metabólico, junto con alteraciones en los niveles de glucosa, elevación de triglicéridos, reducción de HDL e hipertensión. El síndrome metabólico es mucho más frecuente en pacientes con psoriasis, por lo que estos pacientes tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (infartos, anginas, ACV) y diabetes tipo II.

Se pensaba que, el que los pacientes con psoriasis padeciesen más obesidad, podría deberse a problemas psicosociales que les llevaban a una vida más sedentaria, tanto por la incomodidad de la enfermedad como por la naturaleza desfigurante y estigmatizante que en ocasiones tiene.

Tanto la obesidad como la psoriasis son estados de inflamación crónica. Los adipocitos además de protegernos del frío, segregan múltiples sustancias llamadas citoquinas (como factor de necrosis tumoral TNF) que son mediadores y promotoras de la inflamación. Así, a mayor cantidad de grasa, mayor inflamación. En los pacientes con psoriasis se han encontrado mayor cantidad de estas citoquinas a nivel de las lesiones de la piel y en las articulaciones, en comparación con personas no afectas.

El TNF alfa, produce aumento de insulina al inducir insulino-resistencia, también hace que las células sanguíneas se peguen a las capas internas de los vasos, esto junto a otros factores inicia los procesos inflamatorios.

La obesidad por tanto, potencia la inflamación de las placas de psoriasis y facilita por otro lado el síndrome metabólico.

En un estudio reciente de un nuevo fármaco para la psoriasis, se vio que aquellos pacientes con un mayor IMC tenían peor respuesta y mejoraban menos que los pacientes con menor IMC a los que se les daba la misma dosis del medicamento. De hecho el tratamiento con ciclosporina, por ejemplo, es mucho más eficaz cuando el paciente pierde peso.

Las enfermedades cardiovasculares son más frecuentes en los pacientes con psoriasis moderada a grave que entre los que no padecen esta enfermedad, debido al mayor riesgo de síndrome metabólico y todo lo que este lleva consigo (diabetes, hipertensión, obesidad y dislipemia).

Hay estudios en los que vieron que incluso en aquellos pacientes en los que no existían otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, como hipertensión, dislipemias, tabaco, obesidad, etc, el simple hecho de padecer un psoriasis moderado o grave aumentaba la incidencia de estas enfermedades.

Es por tanto, también un factor de riesgo independiente para padecer un infarto y la causa está probablemente en que es una enfermedad inflamatoria crónica, lo que favorece una mayor formación de placas de ateroma y el daño a las arterias coronarias.

En definitiva, las mismas sustancias implicadas en la formación de la placa de arterioesclerosis (citoquinas) son las causantes de la inflamación en la piel psoriásica. Algunas de estas, como el factor de necrosis tumoral (TNF alfa) o la IL 12 se han investigado para desarrollar fármacos frente a la psoriasis.

La esteatohepatitis o hígado graso no alcohólico es la expresión del síndrome metabólico en el hígado. Va desde una forma leve o esteatosis simple a una hepatitis, hasta llegar a una cirrosis. Antes del diagnóstico, hay que descartar alcoholismo, fármacos hepatotoxicos, enfermedad autoinmune, infección por VHB o VHC. Y el tratamiento se basa en la reducción del IMC.

Tradicionalmente, la psoriasis se consideraba una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que no afectaba a la salud general del que la padecía, una enfermedad "de gente sana", casi "un tipo de piel". Por eso a los pacientes con psoriasis no se les hacía ningún estudio para detectar otras enfermedades.

En los últimos años esto ha cambiado, ya no la consideramos como una enfermedad sólo de la piel, los pacientes con psoriasis padecen con mayor frecuencia una serie de enfermedades potencialmente mortales y que podemos prevenir.

El DERMATOLOGO es, a veces, el único médico que atiende a los pacientes con psoriasis y debe identificar las situaciones de riesgo para prevenir la enfermedad cardiovascular.

4 comentarios:

  1. Muy certera entrada. Cuando se contempla la enfermedad también desde fuera de la consulta es cuando se comprende plenamente. Se comprende al enfermo y a la enfermedad. Saludos.

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  2. Muy interesante la entrada. Padezco artritis psoriásica, hipertensión arterial, diabetes tipo II, y obesidad. Tenía indicadores de hígado graso, que han desaparecido cuando he comenzado a perder peso, desde el diagnóstico de la diabetes el pasado enero. Sólo entendiendo mejor mi enfermedad puedo actuar de forma responsable, muchas gracias

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  3. Muy buen articulo,los que padecemos de psoriasis y somos delgados tambien estamos expuestos a todos esos procesos sin excepcion., en mi caso me han diagnosticado higado graso.

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  4. Gracias doctora. Asombra que este argumento del síndrome metabólico lo hayamos tenido delante y hasta ahora no le hayamos hecho caso. Personalmente, me siento mucho mejor desde que estoy a dieta. No hay color. Somos los que comemos. Un abrazo.

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