sábado, 9 de enero de 2016

COMER PARA PROTEGER TU PIEL: ANTIOXIDANTES

La mesa de la cocina es el lugar donde más me gusta estar. Me da igual de quién sea, ni cómo sea… disfruto en cualquier sitio donde se prepare comida. Me gustan las cocinas grandes y muy usadas, con ventanas amplias y azulejos brillantes. Me gusta ver los trozos de verduras esparcidos por la encimera y las ollas plateadas hirviendo como chimeneas…

Cuando estoy agotada o desconcentrada, suelo irme hacia la nevera y apoyarme en su puerta fría… imaginando qué puedo preparar con lo que contiene. El ronroneo que emite me relaja.

Sólo estamos la cocina y yo.

Allí me invade la rara habilidad de ver el mundo como algo nuevo. Experimento la vida directamente, sin filtro alguno. Sin haber pasado por el tamiz de los prejuicios, las expectativas o las creencias. La veo con otros ojos. En ocasiones hasta lo plasmo en forma de palabras o recetas para poder releerlas y saborearlas.

La vida está llena de cosas desconocidas, llena de maravillas y misterios.

En mi profesión he aprendido que limitarnos simplemente “informar” a la gente sobre salud, no es suficiente para motivarlos a llevar una vida saludable y prevenir enfermedades. Si así fuese, a estas alturas, nadie fumaría.

He aprendido que es más motivador dejarles compartir sus propias historias, sin el miedo a ser juzgados, criticados o abandonados.

Cuando trabajamos a este nivel, es más probable que la gente esté dispuesta a hacer cambios en su estilo de vida. A ser menos autodestructivos.

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Sabemos que regular los niveles de azúcar en sangre es importante a la hora de controlar brotes de acné, eczemas, y otros problemas de la piel, pero no es la única forma de ayudar a nuestro cuerpo a través de la alimentación.

Hay alimentos que aportan protección frente a procesos inflamatorios o incluso radiaciones UV y otros que provocan daños.

Los radicales libres son esas moléculas que hay en la contaminación, en toxinas o en el tabaco, etc… capaces de iniciar una cadena de reacciones que dañan el ADN de las células provocando entre otras cosas mutaciones. Los antioxidantes están ahí para neutralizarlos.

Los antioxidantes existen de forma natural en nuestro organismo, y están de moda (ya escribí sobre el tema aquí). Ahora todos los productos que compramos, sea en forma de cremas o alimentos, vienen con el letrero de: “ricos en antioxidantes”. Todos estos productos intentan vendernos el poder antienvejecimiento de estas moléculas milagro. Pero, cuidado, no todos los antioxidantes son tan buenos como dicen en los envases.

Como hemos visto, nuestro cuerpo ya produce sus propios antioxidantes (incluyendo vitaminas C y E). La epidermis (la capa más externa de la piel) tiene cinco veces más antioxidantes propios que la capa siguiente, la dermis. Aunque cuando estamos sobreexpuestos a los radicales libres, pueden no ser suficientes.

Un primer paso es aplicar antioxidantes tópicos que pueden ir en cremas hidratantes o en protectores solares. Aunque puede que no penetren lo suficiente en la piel y no lleguen a la dermis, que es dónde está el colágeno, y no evitan que se rompa, por lo que la piel pierde elasticidad, consistencia…

Es importante proteger la piel desde dentro también.

Un antioxidante es cualquier producto químico capaz de neutralizar a un radical libre, transformándolo… de una molécula inestable, capaz de dañar las células a otra estable e inocua. Si sólo comes alimentos con mínimas cantidades de antioxidantes (como lácteos, carne o alimentos procesados) tu cuerpo no podrá neutralizarlos a todos.

Los principales antioxidantes son:

Licopenos: en frutas y vegetales, como tomates, sandía, uvas… es el más potente antioxidante, es efectivo bloqueando el daño de las radiaciones UV sobre la piel, por lo que se considera un arma en la prevención del foto-envejecimiento y del cáncer de piel.

Beta-carotenos: en los vegetales que son de color naranja y verduras de hoja verde… zanahorias, boniatos, , espinacas, etc.

Flavonoides: están más concentrados en las cebollas, bayas, te (verde, negro o blanco) y en el chocolate negro.

Vitamina C: en naranjas, papaya, kiwi, fresas, coles de Bruselas, brocoli…

Vitamina E: en las nueces, huevos, vegetales de hoja verde, aguacates y cereales integrales.

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Os dejo un video interesante sobre nuevos hábitos alimenticios


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