Los dermatólogos no damos pócimas sobrenaturales, las aletas de tiburón, el cuerno de unicornio y las verrugas de bruja no están en nuestros recetarios porque la medicina basada en la evidencia no ha demostrado aún su utilidad o por el peligro de llevarlos a la extinción.
Por lo mismo, si encuentran a alguien con un artilugio en la mano dispuesto a “borrar” sus cicatrices huyan. La idea de que un láser es algo mágico nos viene de la imaginación que ponemos en los libros de ciencia-ficción.
Tratar de forma eficaz las cicatrices es una tarea muy compleja y poco satisfactoria, no existe ningún método que sea totalmente efectivo.
Esas marcas son el recuerdo de una lesión antigua y un motivo de preocupación presente. Los médicos encargados de mejorar su aspecto caemos muchas veces en la frustración y la incomprensión.
Las cicatrices varían en tamaño, forma, color. Pueden estar abultadas, hundidas, pueden picar o doler. Reflejan el proceso de reparación de una herida; si esta era superficial (sólo en epidermis y dermis superficial), conservando el folículo piloso, no suele deja cicatriz. Las heridas de mayor profundidad (en dermis profunda) si las dejan.
No todas las personas cicatrizamos igual, algunos pueden tener predisposición a formar queloides, que son un exceso de producción de tejido. Si este es nuestro caso, debemos advertirlo antes de cualquier cirugía y evitar las innecesarias.
Es prácticamente imposible hacer desaparecer una cicatriz mediante tratamiento médico. La apariencia puede mejorar y esto sólo significa que se reducirá el tamaño, disminuirá la pigmentación, se aplanará o se volverá menos visible.
Los mejores resultados se obtienen con un tratamiento personalizado, combinando apósitos, infiltraciones, rellenos, peelings, técnicas quirúrgicas y láser.
En un libro sobre medicina casi mágica apilado entre muchos otros textos en mis estanterías, figuran fórmulas provenientes de hace siglos, algunas todavía se practican; como enterrar un sapo u otro animal la noche de un viernes mientras se murmura un conjuro o mezclar sangre y otros fluidos en una calavera a la luz de la luna.
No debemos perder tiempo, ni energías intentándolo.
Creo que voy a imprimir esta entrada y colgarla en la puerta de la consulta. Lamentablemente muchos pacientes no terminan de creerse que no tengamos la goma de borrar cicatrices, o que cuando hacemos cualquier cirugía vayamos a dejarles una marca más o menos evidente.
ResponderEliminarEs imposible hacer desaparecer una cicatriz, y me parece que no solo las físicas, también las psicológicas, hace falta comprender lo que paso e integrarlo .... a lo mejor el cuerpo es más sabio de lo que nos creemos .... ¡buena entrada doctora!
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