Creo que todos definiríamos la intuición de la
siguiente forma: es cuando sabes algo con certeza pero no sabes por qué ni cómo
lo sabes.
Es esa clase de conocimiento que no se basa en un
pensamiento o razonamiento consciente, pero que es profundo… Tanto que no
sabemos cómo explicarlo, cómo ponerlo en palabras para que nos entiendan.
Con frecuencia esta intuición se acompaña de
ciertas sensaciones físicas, como un nudo en el estómago, un hormigueo en la
piel o una respiración acelerada.
Según parece, sólo una pequeña parte de nuestro
cerebro se dedica a realizar un trabajo consciente, como razonar y tomar
decisiones. El resto de nuestra mente está trabajando en la sombra. Trabajando
en el reconocimiento de patrones y haciendo asociaciones de las que no somos
plenamente conscientes.
Hasta que, de pronto, algo hace “click” y una idea
aparece en nuestra cabeza.
Así empiezan, a veces, algunos proyectos de
investigación… con una intuición que enciende el motor…
Muchos problemas de los que afectan a la piel están
aún sin aclarar, pendientes de descubrir sus causas últimas. A diario se
conocen datos nuevos, muchas veces gracias a algún click que abre puertas y
enciende luces. Eso nos pasa por ejemplo con la rosácea.
En los últimos años se ha introducido un nuevo
concepto, el de “rosácea neurogénica”. Es un síndrome que todos los
dermatólogos hemos intuido alguna vez que no parecía tener relación con las
otras formas de rosácea, como la pápulo-pustulósa.
La rosácea es un problema muy frecuente, casi tanto como la
psoriasis y afecta principalmente a mujeres de más de 30 años.
No todas las personas que se ponen rojas en algún
momento padecen rosácea. Muchas veces se trata de un daño solar crónico, y esto
es más frecuente en trabajadores al aire libre.
Estos pacientes con rosácea neurogénica, padecen episodios de enrojecimiento
y sensación de quemazón en la cara. Se acompaña con frecuencia de síntomas
neuropsiquiátricos como depresión y dolor en algunas zonas. También padecen con
más frecuencia trastornos neurovasculares como jaquecas y fenómeno de Raynaud.
Los estudios orientan hacia un origen genético de
la rosácea neurogénica sobre el que actuarían diferentes factores
desencadenando los brotes. Estos factores exteriores suelen ser la luz, el
calor y algunos microorganismos, los cuales dan lugar a una respuesta
neurovascular con vasodilatación, liberación de péptidos y sensación de dolor que recoge el cerebro. Un concepto muy interesante y novedoso.
La intuición nos lleva de nuevo a realizar estudios.
Nos dice que la rosácea neurogénica (eritemato-teleangiectásica) no es el mismo
proceso que la que produce lesiones tipo acné.
De la misma forma, nuestra intuición puede servirnos también de guía
en las elecciones que hacemos día a día y en cómo vivimos nuestras vidas,
siendo especialmente útil cuando estamos sobrecargados de información, o
presionados por la falta de tiempo.
.......
Y esto es lo que escucho ahora...
"I don't know about you--
but I'm feeling twenty-two."
~ Taylor Swift
No hay comentarios:
Publicar un comentario