martes, 5 de octubre de 2010

CALIDAD

Nada más terminar la especialidad de Dermatología, me tuve que enfrentar, como todos en mi lugar, al reto y la responsabilidad de atender un elevado número de pacientes en una consulta de un Hospital comarcal y a algo con lo que nunca antes había tratado; la gestión de los recursos.

Por aquel entonces, además se empezaba a hablar de Calidad, era evidente que existía un interés creciente por la calidad en todos los sectores y también en el de la salud. Afectaba por igual a todos los implicados: pacientes (población receptora de los servicios), gestores y profesionales de la salud.

La población cada vez más informada, exigía más y reclamaba cada vez más sobre la calidad de los servicios. Por otro lado, los gestores siempre preocupados por los costes en esta situación de crisis permanente en la que esta el sistema de salud, empezaban a preguntarse, ¿en qué se gasta el dinero? ¿son necesarios los servicios?

Nosotros como profesionales de la salud, aunque sólo fuese por ética, también estábamos preocupados por el tema, pues nos sentíamos depositarios de la confianza del paciente. Y por ello defendíamos la calidad para que no se viera afectada por recortes indiscriminados del gasto sanitario.

Además de seguir estudiando y poniéndome al día en temas de Medicina en general y Dermatología en particular, sacaba tiempo para aprender todos estos nuevos conceptos: demanda, monitorización, evaluación, mejora, medicina basada en la evidencia, grado de satisfacción, efectividad, eficacia, protocolos, GRDs, etc. Todo un reto y debo admitir que me parecieron por entonces una perdida de tiempo. Yo sólo estaba interesada en pasar mi consulta y operar, que era para lo que me había estado preparando tantos años.

Cabe señalar que las primeras iniciativas de evaluación y mejora de la calidad tuvieron lugar en salud, las llevaron a cabo profesionales preocupados por la atención que recibían sus pacientes. Después fue en la industria donde se desarrollaron los métodos para conseguir mayor productividad y calidad.

Hoy he leído un post del blog “Salud con cosas” http://saludconcosas.blogspot.com/2010/01/hay-un-lado-oscuro.html?showComment=1286196297842#comment-c8354148349875630455(“El lado oscuro” de @manyez), que me ha hecho recordar aquellos mis primeros contactos con estos temas. Mejorar la calidad, no significa más recursos, aunque estos pueden ser necesarios en ocasiones cuando se trata de ofrecer nuevos servicios.

Para tener servicios sanitarios de alta calidad, la atención debe ser por definición “eficaz, eficiente, segura, adecuada a la demanda, disponible, accesible y continua en el tiempo y el espacio”.

Entre otras cosas, no debe haber demora en la atención especializada, en Dermatología por ejemplo, hay muchas patologías que cursan con brotes y el paciente debe ser atendido en un tiempo razonable.

Voy a explicar algo de lo que yo aprendí sobre estos temas, en mi campo, la Dermatología.

El volumen más importante de la demanda asistencial en Dermatología es en el área de consultas externas, y el “gestor” de las peticiones de consulta es el Médico de Atención Primaria. En consecuencia debe existir un flujo constante de comunicación con ellos, concretado en el desarrollo de formación continuada o reciclaje y de protocolos realistas y consensuados. Sólo así conseguiremos mejorar el proceso continuo de atención al paciente y facilitar que el acceso a la asistencia especializada esté disponible para aquel que la necesite y en el momento que la necesite.

En la unidad de Dermatología, nos implicamos mucho con Atención Primaria, creamos un modelo de documento de derivación para la consulta de Dermatología donde quedaban recogidos todos los datos necesarios, de acuerdo con los criterios de derivación preestablecidos para cada patología.

Mis compañeros y yo propusimos un modelo de interconsulta docente, con esto intentábamos hacer interconsultas periódicas con finalidad docente, entre el médico de Atención Primaria y el Dermatólogo.

Nos encontramos con piedras en el camino, en ocasiones verdaderas montañas que escalar, pero aprendimos que para conseguirlo, lo importante es la labor de grupo y no sólo con los otros médicos, sino también con los gestores que deben salir de sus despachos y escucharnos. Los especialistas, además de la labor asistencial, podemos aportar conocimientos para colaborar a la solución de los problemas.

No sólo se trata de recursos, sino también de saber que en sanidad, el producto es la salud y que tratamos con personas.

1 comentario:

  1. Hay varias opciones de las que se habla mucho en relación a dermatología:
    - Mejorar la formación en derma de los médicos de EAP para que no remitan TODO al especialista.
    - Telemedicina con imagenes y primer screening del derma a distancia.

    ¿Se te ocurre alguna solución más? ¿Es cómodo enviarlo todo al especialista o crees que los médicos de primaria son cada vez más resolutivos?

    Me ha gustado mucho tu enfoque. Aún queda mucho por avanzar en este aspecto y la relación primaria-especialista es dificil de cambiar, aunque sigo sin saber el motivo.

    Y para otra entrada, cuentanos que es la interconsulta docente!

    Saludos

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